Pagar impuestos es quizá uno de los aspectos más temidos por todos y resulta un tema controvertido, especialmente entre los pequeños comerciantes y profesionales independientes, cuando se cuestionan la posibilidad de hacerlo a través de los conocidos “módulos”. Este régimen de tributación, caracterizado por su simplicidad, merece una cuidada atención a la hora de implantarlo en nuestro negocio o empresa, porque de ello va a depender que obtengamos un mayor ahorro fiscal, convirtiéndose, además, en una ventaja competitiva.
CONSIDERACIONES PREVIAS
A la hora de establecer la mejor opción tributaria para nuestro comercio, debemos tener en cuenta cómo declaremos nuestra actividad empresarial.
- La tributación según las actividades empresariales:
- Si eres una persona jurídica (sociedad), contribuyes a través del Impuesto de Sociedades.
- Si eres una persona física (empresario individual o autónomo) debes tributar por medio del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
A su vez, como empresario individual o autónomo puedes optar por:
- Estimación Directa (Ingresos menos Gastos).
- Estimación Objetiva (Módulos).
- Cómo funciona la estimación directa
- En este caso, el rendimiento se determina con un sencillo cálculo de ingresos menos los gastos.
- En función del resultado obtenido, trimestralmente, debes ingresar a cuenta, en Hacienda, el 20% de estos rendimientos.
- Qué particularidad ofrece la Estimación Objetiva (Módulos)
- En este caso, el rendimiento o beneficio se determina en base a una cantidad de índices o módulos (tales como, metros cuadrados o superficie del negocio, personal empleado, número de mesas, potencia eléctrica instalada, etc., y que serán diferentes para cada actividad), multiplicado por un importe fijado por Orden Ministerial.
- Los módulos no son flexibles, se paga una cantidad fija con independencia de los resultados, por lo que, trimestralmente, deberás ingresar entre un 2% y un 4% del rendimiento.
CAMBIO DE RÉGIMEN TRIBUTARIO
Llegados a este punto, como autónomo o pequeño empresario, es conveniente seguir las siguientes pautas a la hora de decidir el sistema tributario más conveniente:
- Cuando iniciamos una actividad suele ser más adecuado hacerlo en el régimen de Estimación Directa, con objeto de observar la evolución de nuestro negocio y valorar, a posteriori, el régimen fiscal más favorable.
- En el desarrollo de nuestra actividad empresarial, nos interesará cambiar a la tributación por Módulos cuando detectemos que el resultado por este sistema vaya a ser inferior al que realmente estemos obteniendo o preveamos tener.
- Por norma general, si estimamos un incremento de los beneficios en los próximos tres años, puede ser interesante pasarse a un Sistema de Estimación Objetiva o Módulos.
Si te surgen dudas al respecto por la particularidad de tu negocio, es recomendable dirigirte a tu asesoría o gestoría de confianza, quienes estudiarán tu caso, informándote acerca de la idoneidad de cambiar de sistema, cómo y cuándo hacerlo y qué ventajas fiscales obtendrías.